Aunque demos por hecho que cualquier humano sobre la faz de la tierra es capaz de reconocer en un rostro el miedo o la amenaza, posiblemente esta idea, aceptada desde los años 60, esté equivocada. Un equipo científico, en el que participa la Universidad Autónoma de Madrid, ha analizado las reacciones de adolescentes de España y de una isla de Oceanía ante diferentes caras. Su trabajo prueba que no todos identificamos las mismas emociones.
Un rostro neutro puede transmitir al cerebro la misma información que una expresión facial / Oblong.
Investigadores del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), han desarrollado un sistema de alta precisión, gran eficiencia computacional, e independiente ante condiciones que afectan a la localización automática de los puntos en imágenes faciales, como la iluminación, la pose o los cambios de escala.
Descubriendo la esencia de las caras