Un equipo científico en el que participa el Instituto Geológico y Minero de España, del CSIC, ha diseñado un autómata que reproduce la evolución motora de los parientes lejanos de las estrellas y erizos de mar, desaparecidos durante el Paleozoico inferior.
En los años 80 se descubrió que estos parientes de la estrella de mar eran sensibles a la luz y tenían un color distinto por el día que por la noche. Ahora, un estudio revela que gracias a esta característica pueden ver el exterior aunque no tengan ojos.
Científicos catalanes han identificado una patología que afecta a la estrella de mar Odontaster validus, una de las especies más frecuentes en los fondos marinos antárticos. Esta enfermedad –la primera descrita en un equinodermo del medio marino antártico– ha llegado a perjudicar hasta el 10% de las poblaciones de esta especie, que es el depredador bentónico más importante de las comunidades costeras de Isla Decepción y de otras regiones marinas de latitudes antárticas.
Científicos del CSIC han hallado dos nuevas especies de asteroideos gracias a técnicas de análisis genético. Las protagonistas son Asterina martinbarriosi, endémica de las islas Canarias, y Asterina vicentae, del Delta del Ebro.