Mañana comienza la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26), aplazada a este año por la pandemia. Hasta el 12 de noviembre, los representantes de 197 países de Naciones Unidas negociarán al más alto nivel las estrategias para dar respuesta de manera urgente a una crisis climática sin precedentes.
Incertidumbre, ansiedad y miedo. Así viven la situación la mayoría de las personas afectadas por el volcán de La Palma, que despertó el pasado domingo. Estos sucesos impredecibles, repentinos y dolorosos pueden producir un estado temporal de crisis en los individuos, pero no todo el mundo reacciona de la misma forma.
Cualquier papel en dos dimensiones puede transformarse en una forma tridimensional estable por medio de pliegues. Con esa premisa, investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) han conseguido crear grandes estructuras inflables, como arcos o refugios, que se mantienen rígidos al cesar el suministro de aire. Los responsables del hallazgo creen que tiene un gran potencial para su uso en catástrofes naturales.
Con la pandemia de COVID-19 estamos sufriendo las consecuencias de una falta de reacción global y es muy probable que también las suframos por el cambio climático. Ambas crisis nos ponen ante un espejo en el que no quedamos reflejados como seres tan racionales: entender es secundario, la experiencia es clave.
El Gobierno ha declarado hoy la emergencia climática y ambiental en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica, que ante el cambio climático reclama una acción urgente para proteger el medio ambiente, la salud y la seguridad de las personas. Treinta líneas de acción serán desarrolladas para hacer frente a la crisis climática.
El lema de esta cumbre ha sido “Tiempo de actuar”, una frase que, a pesar de haber estado presentada a lo largo de los siete pabellones de IFEMA, no ha sido suficiente. La COP25 ha cerrado sus puertas sin consenso para terminar de cerrar ciertos puntos del Acuerdo de París, el primer tratado universal por el clima.
Un equipo de casi un centenar de científicos ha logrado la imagen más completa de la pérdida de hielo de la gran isla nórdica y revela que la tasa se ha multiplicado por siete respecto a la década de los 90. Este fenómeno afectará a unos 360 millones de personas a finales de siglo debido a las inundaciones provocadas por el aumento de hasta 60 centímetros del nivel del mar.
Capa de hielo de Groenlandia. / Ian Joughin, Universidad de Washington
El cambio climático no afecta a todos por igual, ni a los países ni a las personas. Diversos estudios muestran que las mujeres no solo son más vulnerables al aumento de temperaturas, sino que además su capacidad para adaptarse se ve mermada por factores sociales.
Uno de los estudios ha analizado la situación de las mujeres en varios países africanos. / Pixabay