Investigadores españoles han utilizado un juego desarrollado en Suiza para estudiar el comportamiento de los individuos ante situaciones de escasez de recursos naturales. En concreto, en una simulación de las decisiones que tienen que tomar los agricultores a la hora de gestionar el agua, los individuos más prosociales eligieron estrategias menos egoístas y obtuvieron más beneficios a largo plazo. Los autores creen que este tipo de juegos pueden convertirse en una herramienta para la enseñanza.
El uso de robots en entornos hostiles como túneles o minas contribuye a mejorar la seguridad laboral. Para que estos dispositivos puedan comunicarse entre sí, un equipo de investigadores, del que forman parte expertos de la UNED, ha diseñado un sistema de coordinación que emula las prácticas de conservación de los animales, en las que predomina el interés del grupo sobre el individual.