Un equipo internacional, con participación española, ha secuenciado el genoma de una muestra de trigo egipcio de 3.000 años de antigüedad. El análisis de ADN de este cereal antiguo demuestra que los humanos ya lo habían sometido a un proceso de domesticación en el año 1.000 a.C. Según los científicos, el trabajo sirve para encontrar variantes genéticas que puedan adaptarse mejor al cambio climático.
El yacimiento de Sikait, en el Mons Smaragdus (desierto oriental de Egipto), fue el único yacimiento de esmeraldas del Imperio Romano. Un equipo de investigadores, dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha identificado una entrada a las minas del sitio en unas construcciones que denotan un carácter privado de la explotación de las vetas de mineral.
A la hora de resolver los enigmas sobre el fin de los dinosaurios en la Tierra, África es una página en blanco. Existen muy pocos fósiles en este continente desde el Cretácico superior, hace entre 100 y 66 millones de años. Los científicos han desenterrado restos de Mansourasaurus shahinae, un nuevo dinosaurio en el Sahara que ayuda a llenar las lagunas sobre la existencia de estos reptiles al final de su reinado.
Cuatro momias descubiertas tras unas excavaciones realizadas en la ciudad egipcia de Asuán han sido analizadas mediante la técnica de tomografía axial computarizada o TAC. Los resultados han sacado a la luz los dos casos más antiguos de cáncer de mama y mieloma múltiple, un tipo de cáncer de la médula ósea, que se conocen. También han datado la fecha del fallecimiento: la mujer con cáncer de mama habría fallecido en torno a 2000 a.C y el hombre con mieloma múltiple sobre el 1800 a.C.
Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia han diseñado un método para identificar de manera automática los nombres de los faraones que encierran los antiguos cartuchos egipcios, aunque estén deteriorados. El sistema también se podría integrar en el móvil durante las visitas a museos y yacimientos.
Los antiguos egipcios compartieron más ascendencia con las poblaciones de Oriente Próximo que los egipcios modernos. Así lo constata un estudio liderado por científicos alemanes que ha permitido analizar el ADN de antiguas momias, cuyas muestras abarcan un período de alrededor de 1.300 años.
Científicos españoles han hallado en Luxor, la antigua Tebas, los restos de un jardín funerario que solo se conocía por representaciones iconográficas. Según el equipo del Proyecto Djehuty, este descubrimiento ayudará a comprender detalles de las creencias religiosas y de los ritos funerarios en el Antiguo Egipto.
Un egiptólogo británico plantea la teoría de que detrás de un muro de la tumba de Tutankamón hay una sala oculta con los restos de Nefertiti. Según el experto, la tumba fue construida originariamente para albergar el cuerpo de la bella reina, pero posteriormente fue reutilizada para enterrar al joven faraón, ante su temprana e inesperada muerte. De ser cierta esta tesis, resolvería uno de los grandes enigmas de la egiptología.
La excavación del proyecto Djehuty, dirigida por el CSIC, ha descubierto en Luxor una gran tumba subterránea de la dinastía XI del Antiguo Egipto perteneciente a un noble de hace 4.000 años. El suelo del pasadizo está cubierto de restos humanos y vasijas, lo que indica que la cámara fue reutilizada.
Los investigadores del Proyecto Djehuty, liderado desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, han descubierto en el extremo norte de la necrópolis de Dra Abu el‐Naga, en Luxor (antigua Tebas), un ataúd intacto de un hombre llamado Neb, del año 1600 a.C. correspondiente a la dinastía XVII del antiguo Egipto.