Algunos países como Reino Unido plantean incluir en su legislación de bienestar animal a los moluscos cefalópodos y crustáceos decápodos, después de considerarlos seres sintientes. Multitud de estudios científicos avalan que estos invertebrados sienten dolor y otras emociones, lo que abre un dilema moral y ético en las decisiones políticas de muchos estados, según un análisis publicado hoy en la revista Science.
Para evitar que su principal depredador ataque sus nidos, las hormigas toro australianas, protagonistas del #Cienciaalobestia, han creado una molécula de veneno perfectamente adaptada para generar en este mamífero un dolor más duradero que una simple picadura. El estudio también podría tener implicaciones en la búsqueda de fármacos para personas con dolor crónico.
Los estudios en personas con este grave problema de salud pública muestran que las limitaciones para controlar la infección por coronavirus han mermado su estado de salud. Los expertos afirman que para mejorar su calidad de vida es necesario un abordaje integral, con ejercicio físico y terapia psicológica, no solo fármacos.
Un estudio español confirma que la cefalea está presente en aproximadamente uno de cada cuatro pacientes con coronavirus y sugiere que puede ser consecuencia de la acción del sistema inmunitario ante la infección.
El conocimiento científico sobre el dolor en animales acuáticos es todavía muy limitado. Aun así, muchos estudios indican que también sufren. Por eso, los investigadores coinciden en que se empleen los métodos que menos sufrimiento generen a la hora de sacrificarlos, incluido el aturdimiento.
Hasta el momento, más de 2,2 millones de personas en todo el mundo han fallecido por coronavirus. En España, la tercera ola está dejando desde hace días terribles cifras de afectados y muertos. Marisa Páez, doctora en Psicología y directora del Instituto ACT, nos cuenta por qué la sociedad parece hastiada de los números de la pandemia.
El estadounidense David Julius descubrió el receptor de la comida picante y el calor sobre la piel, así como el del frescor de la menta y el frío, y el armenio Ardem Patapoutian otros relacionados con la presión mecánica y el dolor. Hoy comparten el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biología y Biomedicina.
Investigadores de Alemania y Suecia han descubierto que los humanos modernos que tienen una variante genética neandertal para un canal de iones asociado al dolor, experimentan este con más fuerza, como si tuvieran ocho años más.
Investigadores españoles han definido hasta cuatro tipos de dolor de cabeza asociados al coronavirus y atribuidos, entre otros, a la tensión emocional o a la presión de mascarillas y pantallas de protección. Aunque la mayoría desaparecen, en algunos pacientes puede desarrollarse cefalea crónica.
Los cannabinoides pueden aliviar el dolor causado por la endometriosis, una enfermedad benigna –pero muy dolorosa– que afecta a las mujeres durante su vida reproductiva. Así concluye un nuevo estudio, realizado en roedores, que abre el camino para futuras investigaciones clínicas.