Un estudio internacional, publicado hoy en la revista Nature, revela que las personas que han nacido y viven en áreas urbanas tienen un mayor riesgo de sufrir desórdenes de ansiedad y estrés. La investigación señala que la vida en la ciudad afecta a dos regiones cerebrales reguladoras de las emociones.
Un experimento recientemente desarrollado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid muestra, utilizando medidas cerebrales y conductuales, que cuando nos encontramos en situaciones positivas o agradables tenemos mayores dificultades para inhibir o controlar nuestro comportamiento que cuando nos hallamos en situaciones negativas o desagradables.