Llegas a casa después de un largo día de trabajo en el que las cosas no han ido del todo bien y tu perro no viene a saludarte. No te preocupes, es posible que haya percibido tu enfado. Por primera vez, un experimento prueba que los canes diferencian entre las expresiones emocionales de los rostros humanos, en concreto, discriminan entre las caras de alegría y enfado. Ningún otro animal ha demostrado una capacidad como esta.