Al comparar la anatomía de carnívoros actuales con los fósiles de algunos de estos depredadores, como Homotherium latidens, un equipo de paleontólogos revela que en realidad sus dientes quedaban escondidos. El estudio, que confirma que en el caso de Smilodon los caninos superiores sí quedaban expuestos por encima del labio inferior, obligará a revisar las reconstrucciones de su aspecto en vida.
Mide un poco más de diez centímetros pero el blénido dientes de sable, un pez de arrecife de coral, inyecta un veneno capaz de inmovilizar a los depredadores que le acechan produciéndoles un efecto calmante, como el de la heroína. Un equipo internacional de científicos ha analizado la composición de esta toxina que no produce dolor y que podría emplearse para el desarrollo de nuevos analgésicos.