Combinando modelos matemáticos y biología vegetal, científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (UPV-CSIC) y otros centros internacionales han descubierto que estas peculiares coliflores son brotes programados para convertirse en flores, pero que nunca alcanzan su objetivo. En cambio, se convierten en tallos, que a su vez siguen intentando producir flores.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y dos hospitales madrileños han comprobado que el indol-3-carbinol, una molécula presente en el brócoli, las coles y la coliflor, potencia el efecto de algunos fármacos usados para combatir la leucemia linfática crónica. Su efecto positivo se manifiesta incluso en pacientes que no responden a los tratamientos.