El 2 de febrero es el Día de la Marmota. Como cada año, estos roedores saldrán hoy de sus madrigueras en EE UU y Canadá y, según la creencia popular, determinarán cuánto durará aún el invierno. Aunque este método no posee ninguna validez científica, ciertos pájaros, anfibios, insectos y peces sí tienen su peculiar modo de percibir los cambios de tiempo en su propio beneficio minutos u horas antes.
Entre los años 1300 y 1850 se produjo la Pequeña Edad de Hielo en la península ibérica, un período frío que, sin embargo, fue muy variable, con multitud de episodios extremos que condicionaron la vida diaria de las sociedades de la época. Así lo recoge el mayor estudio climático sobre ese periodo centrado en diversas características de las montañas ibéricas, como el comportamiento de los glaciares, los sedimentos de los lagos y los anillos de los árboles.
Los dos sistemas más utilizados para hacer predicciones climáticas estacionales, uno estadístico basado en datos históricos y otro dinámico con modelos numéricos, están infrautilizados y se podrían emplear para crear un sistema predictivo de sequía en Europa. Así lo señala un estudio de la Universidad de Barcelona, el Barcelona Supercomputing Center y el centro JRC de la Comisión Europea.
Un estudio, publicado en la revista Lancet Planetary Health, subraya el valor de la información climática para reforzar la detección temprana de enfermedades transmitidas por mosquito como el dengue. Esta enfermedad es particularmente sensible a los cambios de clima, ya que la temperatura afecta la proliferación y actividad del vector y la replicación del virus en el mismo.
En el marco de su décimo aniversario, el Barcelona Expert Center ha presentado mapas de humedad del suelo, útiles para la prevención de incendios y, desde ahora, mapas de de salinidad con una resolución de 5 km, que permiten prever fuertes precipitaciones con hasta dos meses de antelación, informar sobre la presencia de bancos de peces y mejorar las estimaciones de las corrientes marinas.
Los suelos actúan de sumidero del CO2 que se emite a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles, pero aún es difícil determinar la cantidad de carbono que se almacena en la superficie terrestre. Un nuevo estudio, que cuenta con la participación de la Universidad Rey Juan Carlos, revela que el almacenaje de carbono actual podría estar influenciado en mayor medida por el clima del pasado que por el clima actual.
Un estudio internacional realizado en 87 países analiza el papel de los factores ambientales en la dermatitis atópica en niños, conocido como eccema infantil. Los autores consideran que los resultados deben interpretarse con cautela "hasta que puedan reproducirse utilizando datos prospectivos con exposiciones individuales".
La cordillera de los Pirineos es el lugar de la península ibérica que alberga la mayor diversidad de especies de abejorros, unos polinizadores muy importantes. Un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid ha detectado el descenso de nueve especies y dos subespecies de estos insectos en la región pirenaica. La acción del hombre y los cambios ambientales están detrás de esta reducción, con consecuencias ecológicas y económicas.
La primera migración a América a través del Estrecho de Bering dejó huellas en el genoma de los nativos americanos actuales. Según un nuevo estudio, con participación española, el frío hizo que solo unos cuantos individuos sobrevivieran a esa travesía, por lo que muchos de los descendientes de aquellos primeros colonos todavía conservan adaptaciones al clima ártico, aunque ya no les son necesarias.
El incremento de las temperaturas y la mayor duración de las sequías harán más vulnerables los bosques ibéricos, según se desprende de una investigación publicada en la revista Global Change Biology y llevada a cabo por un equipo internacional de investigadores liderados por la Universidad Pablo de Olavide, el Instituto Pirenaico de Ecología y la Universidad de Barcelona.