Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollan un tratamiento que facilita la reutilización de cenizas volantes procedentes de incineradoras de residuos urbanos. El método permite estabilizar estas partículas que pueden ser luego usadas en cementos, hormigones, materiales cerámicos o pavimentos.
Las nubes de cenizas emitidas durante la erupción de un volcán antártico podrían afectar al tráfico aéreo del hemisferio sur. Así lo revela un estudio que ha analizado por primera vez, a partir de simulaciones, el posible impacto y los patrones de dispersión de las cenizas procedentes del volcán de Isla Decepción que tendrían el potencial de llegar hasta latitudes tropicales. La investigación muestra que los volcanes de la Antártida pueden suponer una amenaza mayor de lo que se creía hasta ahora.
Investigadores de la Universidad de Jaén han fabricado en el laboratorio bloques compuestos de cenizas de la combustión de restos vegetales desechadas previamente por la industria. De esta forma, se consiguen materiales reciclados y respetuosos con el medio ambiente que además presentan una mayor porosidad y menor conductividad térmica que los tradicionales de arcilla.
Las cenizas volcánicas de la erupción del Etna que se produjo en marzo de 2012 y el frío intenso del invierno anterior desencadenaron el crecimiento repentino y masivo de fitoplancton en la cuenca de Yerápetra, una fosa abisal de 4.430 metros de profundidad, uno de los ambientes marinos menos productivos del Mediterráneo oriental. Según el estudio, fue el mayor flujo de materia orgánica de las últimas décadas.
Las cualidades de las cenizas producidas en la combustión de biomasas las convierten en una alternativa sostenible al cemento como material de construcción. Así lo refleja un estudio de investigadores de la Universidad de Jaén sobre este residuo de las plantas de generación eléctrica.
Dos expediciones al Cono Sur de América, lideradas por investigadores del CSIC, han analizado el impacto geoquímico de unos 100 depósitos de ceniza asociados a la erupción de varios volcanes andinos durante los últimos dos millones de años. Gracias al proyecto, los científicos han desarrollado una metodología para determinar las repercusiones de las erupciones volcánicas sobre el medio ambiente.
El volcán islandés Grímsvötn amenaza con causar un nuevo caos aéreo en los cielos europeos, como ya hiciera su 'compatriota' Eyjafjallajökull el año pasado. Los satélites no dejan de monitorizar la evolución de la nube de cenizas para que los centros de vigilancia puedan evaluar su impacto sobre la aviación civil.
El 14 de abril de 2010 el volcán islandés Eyjafjallajökull entró en erupción. A los pocos días, la nube de ceniza se expandió por los cielos de Europa y obligó a cerrar el tráfico aéreo y muchos aeropuertos del continente, incluidos los de España. Un año después, a pesar de que las cenizas han dejado de sembrar el caos, la amenaza de una nueva erupción asoma por el horizonte: la del Katla, el peligroso vecino del Eyja.
Las ruinas de una casa de 11.500 años de antigüedad, situada en Alaska central, escondían el esqueleto incinerado de un niño paleondígena de unos tres años. Así lo revela una investigación norteamericana que se publica hoy en Science y que arroja nuevos datos sobre este grupo de nómadas. Durante la excavación, los científicos contaron con la ayuda de líderes tribales indígenas.
Imagen ofrecida por el sistema informático sobre la evolución de la nube a día de hoy.