Carne cruda, vísceras y órganos componen la dieta BARF, que está de moda para alimentar a las mascotas de una manera “más natural y saludable”, según sus adeptos. Un nuevo estudio advierte que los productos comercializados con este nombre están contaminados por bacterias como Salmonella, Campylobacter y Enterobacteriaceae y son un riesgo para la salud, sobre todo, la de ancianos y niños.