El estallido de rayos gamma GRB 221009A, procedente de una supernova a casi 2.000 millones de años luz, dejó su huella en la ionosfera superior de nuestro planeta, según un nuevo estudio europeo. Conocer mejor los efectos de este tipo de fenómenos puede proporcionar información sobre las extinciones masivas en la historia de la Tierra.
La prohibición del uso de productos químicos causantes del agujero en la ozonosfera los ha reducido en un 99 % desde 1989. Según un informe científico presentado el lunes por la ONU, esta zona de la atmósfera se recuperará en la Antártida para 2066, en el Ártico para 2045 y en el resto del mundo para 2040.
Entre 2019 y 2020 Australia sufrió algunos de los peores incendios de su historia. Más de un millón de toneladas de partículas de humo se emitieron a la atmósfera, alcanzando hasta 35 km desde la superficie de la Tierra. Ahora, un equipo de científicos ha descubierto que el humo desencadenó reacciones químicas en la estratosfera, similares a las de una erupción volcánica, que contribuyeron al agotamiento del ozono.
En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera del programa europeo Copérnico ha informado sobre el estado de su agujero sobre el Polo Sur, y al igual que el año pasado, supera en tamaño al continente antártico.
Un grupo de la Universidad del País Vasco ha detectado evidencias de emisiones de tetracloruro de carbono en Parque Natural de Valderejo (Álava) y en Bilbao, a pesar de las restricciones fijadas por el Protocolo de Montreal. Esta sustancia, que deteriora la capa de ozono y es una de las causantes del efecto invernadero, puede ser cancerígena para humanos.
El agujero de ozono alcanza a la ciudad chilena de Puente Arenas
Hoy se celebra el Día de preservación de la capa de ozono. / Sinc