Las terapias para combatir el cáncer tienen diversas secuelas. Ahora, investigadores españoles han descrito un sistema que reduce estos efectos. Los resultados permitirán desarrollar herramientas terapéuticas para prevenir algunas alteraciones gastrointestinales producidas por los medicamentos.
Los científicos saben que el proceso con el que la célula recicla sus componentes, la autofagia –protagonista del Nobel de Medicina 2016–, puede provocar la muerte celular. Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto cómo, utilizando para ello el principal componente activo del cannabis, el THC. En estudios in vitro y en ratones los investigadores han comprobado el potencial de este cannabinoide a la hora activar la autofagia, lo que podría abrir la puerta a nuevas terapias.
Científicos de la Universidad Pompeu Fabra hallan mejoras en la capacidad cognitiva de ratones modelo del síndrome del X frágil mediante el uso de dosis muy bajas de un fármaco que actúa sobre el sistema endocannabinoide. La molécula en cuestión, el rimonabant, fue utilizada a finales de los 2000 para tratar la obesidad.
Un estudio en el que participa la Universidad Pompeu Fabra recoge las diferencias en el papel que tiene el receptor CB1 en el consumo de cocaína según su localización en un tipo de neuronas, las glutamatérgicas y las gabaérgicas. Los resultados aparecen publicados en la revista Neuropsychopharmacology.
Las crías de ratón cuyas madres recibieron varias dosis de la principal sustancia psicoactiva del cannabis (el THC) durante la gestación experimentaron alteraciones en su comportamiento motor y mayor sensibilidad a desarrollar convulsiones al llegar a la edad adulta, según un estudio realizado en la Universidad Complutense de Madrid. El trabajo refleja que una exposición transitoria a este cannabinoide durante el embarazo puede tener efectos a largo plazo.
Un nuevo estudio, liderado por el Instituto de Neurociencias de Alicante y publicado en el British Journal of Pharmacology, revela cómo la manipulación del sistema endocannabinoide sirve para modular el alto grado de impulsividad. Este es un problema presente en trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar o el abuso de sustancias.
Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha logrado relacionar por primera vez el sistema endocannabinoide con la actividad eléctrica cardíaca, demostrando que estas sustancias químicas generadas en el cuerpo humano pueden ser una nueva herramienta en la lucha contra la fibrilación auricular. Los resultados han sido publicados en las prestigiosas revistas Cardiovascular Research y Journal of Mollecular and Cellular Cardiology
Célula auricular humana. Foto: UCM.