Investigadores españoles y portugueses han documentado, por primera vez, un grupo de buitres leonados comiendo carroñas de ganado durante la noche. Este inusual comportamiento se ha registrado en la Cordillera Cantábrica y podría deberse a la escasez temporal de alimento en algunas zonas, lo que aumenta la competencia entre los individuos de esta especie.
Una investigación, publicada por la revista Journal of Applied Ecology, confirma que el uso de diclofenaco como medicamento veterinario podría llegar a ser responsable de la muerte de hasta 6.000 ejemplares de buitres leonados en España, que acoge cerca del 95% de la población europea de la especie.
Utilizado los datos de captura-recaptura y la observación directa para controlar el impacto de los cambios en la población de buitres, un estudio concluye que tanto los parques eólicos como la alimentación suplementaria pueden tener consecuencias complejas si la colocación o el cierre de comederos altera los patrones espaciales de movimiento de esta especie.
El alimoche es una de las especies más amenazadas a causa del veneno.