El futuro de la agricultura será desarrollar biofertilizantes, ya que la legislación tiende a exigir la sustitución de los productos convencionales por fórmulas menos contaminantes. El uso de bacterias beneficiosas para los cultivos es clave para lograrlo. Una investigación con fresas en invernaderos de Huelva ha permitido obtener frutos más grandes y mucho mejores desde el punto de vista nutritivo, ya que contienen más vitaminas y antioxidantes.
Investigadores de las universidades de Sevilla y Córdoba han comprobado el incremento en la producción y calidad del grano de maíz cuando el abono orgánico se aplica directamente sobre la hoja y planta del cultivo. Los biofertilizantes, obtenidos a partir de lodos de depuradora, contienen unas sustancias orgánicas que permiten que la planta pueda absorber mejor los nutrientes y así crecer mejor.
Investigadores del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas han fabricado un fertilizante con el exoesqueleto quitinoso que protege a los crustáceos y los insectos. Este biofertilizante no contamina y es capaz de regenerar el suelo degradado por la sobreexplotación agrícola.