Esta nueva investigación, realizada con células de peces cebra ‘in vitro’, muestra que el envejecimiento por rayos ultravioletas de las bolsas biodegradables aumenta con los niveles de toxicidad.
Esta investigadora del Instituto de Microelectrónica de Barcelona acaba de ganar el Premio Física, Innovación y Tecnología de la Real Sociedad Española de Física por su trayectoria científica y tecnológica. Gracias a sus baterías ecológicas de papel también ha conseguido una beca del Consejo de Investigación Europeo y una subvención de la Fundación Gates.
Realizadas a partir de nanofibras, con un espesor 60 veces más fino que el material tradicional, las mascarillas anticovid-19 son reutilizables durante dos días completos y esterilizables. José María Lagarón, director del equipo que las ha desarrollado, explica que en las próximas semanas estarán en el mercado las EPI biodegradables y con viricidas, así como las mascarillas quirúrgicas-higiénicas antimicrobianas para niños.
La iniciativa Biosmart busca desarrollar una nueva generación de envases que permitan conservar la comida en buen estado durante más tiempo. Serán biodegradables, compostables y reciclables, con sensores de gases y paredes con efecto barrera. El objetivo es reducir el desperdicio y las emisiones de dióxido de carbono.
Un sustrato procedente de desechos de la industria papelera, cenizas de la quema de biomasa y lodos de la fabricación de cerveza podrá ser usado para la regeneración de bosques afectados por el fuego. Este nuevo material biodegradable, desarrollado por investigadores de la Universidad de Jaén, resulta más económico, sostenible y fácil de instalar en los terrenos quemados que los usados actualmente.
Un equipo de químicos de la la Universidad de Huelva ha desarrollado lubricantes biodegradables a partir del quitosano, un compuesto natural derivado de las cáscaras de crustáceos, y aceite de ricino al que han añadido productos naturales antioxidantes. Estos aditivos aumentan la durabilidad de la formulación final que mantiene las características de consistencia y fricción pero resulta más respetuosa con el medio ambiente.
Investigadores de la Universidad de Huelva han elaborado una grasa ecológica con aceite de ricino y quitosano, un derivado de las cáscaras de gambas y cangrejos que actúa como espesante. El origen natural de sus ingredientes y la mejora de propiedades como la resistencia térmica y la consistencia hacen de esta formulación una alternativa viable a los productos comerciales.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han desarrollado un nuevo mecanismo para fabricar estructuras creadas a partir de residuo agrícola y micelio de hongo que pueden tener propiedades aislantes térmicas y acústicas. Esta invención propone una serie de diseños y prototipos para paneles aislantes, módulos de pared o componentes modulares para conformar estructuras por agregación que delimitan espacios o sirven como soporte para jardines verticales.
Para reducir la contaminación de los acuíferos, investigadores de la Universidad de Almería han creado unas cápsulas biodegradables que contienen el herbicida y que se disuelven al contacto con el agua. Según el estudio, estas nuevas formulaciones más sostenibles mejoran la distribución del herbicida de forma gradual por lo que contaminan menos las aguas superficiales y subterráneas.
Un proyecto con financiación europea, en el que participa el centro tecnológico valenciano AINIA, ha conseguido un nuevo bioplástico de fuentes 100% renovables. Con el nuevo bioplástico obtenido a partir de carbohidratos se han elaborado los primeros prototipos de envases inteligentes, biodegradables y compostables para alimentación.