Un estudio sobre biodiversidad marina ha identificado 73 especies de estos moluscos gasterópodos en la costa de la ciudad condal, un entorno fuertemente antropizado por la metrópoli.
Los buceadores conocen bien a las babosas de mar por sus llamativos colores y mágicos movimientos acuáticos. Pero estas aparentemente inofensivas criaturas marinas almacenan en su interior sustancias químicas tóxicas para ahuyentar a sus predadores. Un nuevo estudio demuestra que seleccionan una sola toxina con un compuesto tan potente que, con una mínima cantidad, es capaz de matar a un pequeño crustáceo. Son protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.