Auschwitz (Polonia) o Hiroshima (Japón) son escenarios de una guerra pasada; Alepo (Siria) o Faluya (Irak) lo son de contiendas actuales. En los primeros escenarios, el turista busca evocar un hecho histórico, mientras que los segundos se reservan para intrépidos reporteros. En el caso de España, el exponente más representativo es la Guerra Civil, pero no existe una guía turística de guerra, como sucede en otros países. Dos investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid reivindican su importancia como enclave turístico.