Un estudio publicado en la revista Circulation revela un inusual procedimiento, llevado a cabo por un equipo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, en el que se indujo un infarto para proteger la vida de un hombre que no habría aguantado hasta la realización de un trasplante de corazón.
Investigadores de de la Universidad de Jaén han llevado a cabo un estudio con el objetivo de reducir el número de personas afectadas por problemas cardiacos como síncopes o muerte súbita a través del control del funcionamiento de los canales iónicos del corazón. El equipo ha patentado dos biomoléculas (microRNA modificadas) capaces de controlar la subida o bajada de sodio, muy importante en la correcta contracción de las aurículas y los ventrículos.
Especialistas de la Clínica Universidad de Navarra han implantado por primera vez en España un desfibrilador que se instala totalmente debajo de la piel. Se trata de un dispositivo indicado para personas que sufren arritmias ventriculares, potencialmente mortales, que pueden ser debidas a infartos, patologías hereditarias o congénitas u otras cardiopatías.
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente en la población. Esta enfermedad cardiaca ocasiona muchos gastos sanitarios y aumenta la morbilidad y la mortalidad de los enfermos que la sufren. Un grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha encontrado una nueva diana frente a la que desarrollar fármacos más eficaces y seguros.
La fibrilación ventricular (FV) es un conjunto de contracciones intensas y desordenadas que ocurren en los ventrículos, en la zona inferior del corazón. En el 40 % de paradas respiratorias sufridas fuera de un hospital, se ha comprobado que el primer ritmo cardíaco corresponde a la FV, y la única forma de combatirla es mediante descargas eléctricas proporcionadas por la desfibrilación.
El ejercicio de resistencia continuado durante años podría provocar alteraciones en la estructura y función cardíaca creando un sustrato para padecer arritmias.