No es una calvicie cualquiera: es la segunda forma más común de pérdida de cabello. La alopecia areata, como se denomina esta enfermedad autoinmune, provoca que hombres, mujeres y niños sufran repentinamente pérdidas capilares parciales e incluso totales. Aunque no produce otras alteraciones físicas, psicológicamente puede ser asoladora, hasta el punto que algunas personas prefieren no vivir a hacerlo sin pelo. Su única esperanza es la de una cura que aún no llega.