Un consorcio en el que participa el CSIC ha lanzado un proyecto cuyo objetivo es el desarrollo un sistema de alerta temprana para mejorar la comunicación entre los servicios de protección civil y los observatorios vulcanológicos de Europa. El sistema estará basaso en un software abierto denominado VOLCANBOX.
Ingenieros informáticos de la Universidad CEU-UCH de Valencia han diseñado un algoritmo matemático capaz de predecir las crisis epilépticas con veinte minutos de antelación. La alerta, que se podrá recibir a través de un smartphone o un reloj inteligente, permitirá al paciente evitar actividades de riesgo en los momentos previos al ataque y medicarse solo cuando sea necesario.
El zika, un virus transmitido por el mosquito del dengue, está generando el pánico entre las embarazadas en Brasil, ante el alarmante aumento del número de niños nacidos con un cerebro más pequeño de lo normal: 3.530 casos en los últimos meses. Cientos de investigadores trabajan contra el reloj para averiguar si este virus, hasta ahora considerado poco agresivo, es el origen del terrible brote.
Si hubiera un terremoto al sur de la península ibérica, un sistema de alerta sísmica temprana podría detectarlo y avisar de su magnitud unos segundos después de su inicio, dando margen a las autoridades para alertar a la población cuanto antes y mitigar los daños. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de otras instituciones han demostrado la viabilidad de este sistema, cuya eficacia se ha demostrado en países como Japón.
Una mujer camina por una carretera nevada en las inmediaciones de l’Espluga de Francoli (Tarragona), uno de los pueblos catalanes afectados por el temporal de nieve. / EFE
Toda la península ibérica y las islas Baleares están inmersas desde ayer en la primera gran ola de frío desde hace tres inviernos. Pero las nevadas intensas, como la que está afectando sobre todo al norte peninsular y Baleares, no son tan comunes en el resto de la geografía española. Un equipo de investigadores ha analizado la nevada extrema que afectó en marzo de 2011 a la provincia de Madrid. Los resultados permitirán entender y predecir episodios similares en un futuro.