Ni el aumento de las temperaturas ni los cambios en la extensión del hielo marino. Fueron las grandes erupciones volcánicas, ocurridas en los últimos 7.000 años y que llegaron a cubrir hasta un metro de ceniza el hábitat de los pingüinos papúa, las responsables de la casi extinción de estos animales que tardaron varios siglos en recuperarse. El nuevo estudio permitirá predecir los cambios futuros en otras poblaciones de pingüinos.
Viajar a Lanzarote es como pisar otro planeta, literalmente. Desde el Instituto de Geociencias (centro mixto UCM-CSIC) llevamos varios años estudiando las similitudes de la isla con la geología marciana. Consciente de estas semejanzas, la Agencia Espacial Europea organizaba hace unas semanas en la isla una nueva edición de PANGAEA, un proyecto para entrenar a astronautas, entre ellos, Pedro Duque. Como geólogo experto en análogos terrestres tuve la fortuna de ser uno de los instructores, el único español. Un reto con el que todos hemos aprendido.
Investigadores de la Universidad de Oviedo publican la cartografía geomorfológica del Campo de Calatrava en Ciudad Real, alertan sobre la pérdida irreversible de edificios volcánicos por el efecto de la explotación minera y reclaman más medidas de protección. La cartografía, recogida en la revista Journal of Maps, ha permitido identificar hasta 70 volcanes en una extensión de 532 kilómetros cuadrados.
Más allá del turismo de sol y playa, Lanzarote ofrece una riqueza geológica de otro mundo. Conscientes de ello, científicos del Instituto de Geociencias (centro mixto de la Universidad Complutense de Madrid y el CSIC) y el Cabildo insular han firmado un convenio para investigar las similitudes geológicas de la isla con Marte. Entre otros aspectos, el acuerdo contempla una iniciativa pionera: diseñar rutas planetarias por los principales enclaves de Lanzarote, como Timanfaya o los Jameos del Agua.
Convertir en un registro sonoro los datos sismográficos de terremotos, volcanes y glaciares, así como la actividad industrial durante la explotación de una cantera. Esta es la original propuesta que plantea Earthworks, una obra artística que se estrena esta semana en el festival Sónar Barcelona. Está impulsada por los artistas británicos Ruth Jarman y Joe Gerhardt, del dúo Semiconductor, y colaboran científicos de la Universidad de Barcelona.
Los datos sismográficos de terremotos, volcanes y glaciares, así como la actividad industrial en una gravera se pueden transformar en una pieza sonora con apoyo visual. Esta es la original propuesta que plantea Earthworks, una obra artística del dúo britanico Semiconductor que se estrenará en junio en el festival Sónar de Barcelona. Geólogos de la Universidad de Barcelona participan en el proyecto.
Hasta ahora se pensaba que las rocas de origen volcánico encontradas en varios puntos de la cordillera cantábrica pertenecían a diferentes épocas. Sin embargo, un nuevo estudio revela que son coetáneas, es decir que hace 477 millones de años la erupción de un supervolcán afectó el norte de la península ibérica. Sus cenizas cubrieron el equivalente a la actual provincia de León, aunque nuevos estudios confirmarían que estas alcanzaron lo que hoy es la isla de Cerdeña. En la actualidad, la caldera de Yellowstone en EE UU es la que más probabilidades tiene de protagonizar una erupción supervolcánica.
La corteza de Venus presenta un espesor de entre 20 y 25 km, que aumenta en las tierras altas, como las mesetas y los grandes macizos volcánicos, hasta los 100 km, según revela un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid. Con datos de la sonda Magallanes, los científicos han averiguado cómo varía por regiones la estructura de la litosfera de este planeta.
Plutón puede tener volcanes de hielo. / NASA/JPL-JHU/SWRI
Existe un consenso generalizado de que hace unos 66 millones de años un asteroide colisionó con la Tierra y provocó una extinción masiva que hizo desaparecer a los dinosaurios. Las mediciones de la actividad volcánica –las más precisas realizadas hasta la fecha– demuestran ahora que este impacto desencadenó mayores erupciones en los 50.000 años posteriores que impidieron que la fauna se recuperara.