Los microscopios que condujeron a Ramón y Cajal hacia el Nobel, los espectrógrafos de Miguel Catalán para estudiar el átomo y los aparatos del Laboratorio de Automática de Torres Quevedo son algunos de los 30 objetos históricos del CSIC que el investigador y divulgador científico Esteban Moreno Gómez ha reunido en un nuevo libro.
El 8 de agosto de 1916 se inauguraba cerca de las cataratas del Niágara, en Canadá, el Spanish Aerocar inventado por el ingeniero cántabro Leonardo Torres Quevedo. Desde entonces ha transportado a más de diez millones de turistas sobre un tumultuoso remolino del río sin un solo accidente. Teleféricos de todo el mundo siguen usando en la actualidad esta centenaria tecnología.
Coincidiendo con el centenario del Transbordador del Niágara, en 2016 celebramos el Año Torres Quevedo. Este ingeniero español, definido como “el más prodigioso inventor de su tiempo”, ocupa un lugar excepcional en la historia universal de la ciencia y de la técnica, con numerosos inventos y patentes que se anticiparon a su tiempo en áreas como la informática o la inteligencia artificial.
Encerrado entre bloques de viviendas languidece en Madrid el frontón Beti-Jai, testigo único del esplendor de la pelota vasca en la capital y hogar de los experimentos del ingeniero Leonardo Torres Quevedo. Mientras que una plataforma ciudadana lucha por su rehabilitación, esta joya de la arquitectura del siglo XIX vive ahora pendiente de una resolución judicial que aclarará su futuro.
El Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) ha ampliado la contratación de personal investigador con la convocatoria del 2009 de las subvenciones del programa Torres Quevedo. En total, 482 investigadores (doctores o tecnólogos) podrán desarrollar sus proyectos de I+D en empresas, centros tecnológicos, asociaciones empresariales y parques científico-tecnológicos.