El roble es una de los árboles más comunes en la Península Ibérica con una extensión de 750.000 hectáreas. A pesar de la extensa lista de especies de robles que existen en España, su futuro no está garantizado. El avance de otras especies, el uso masivo de biomasa y el cambio climático desequilibran su estatus.
La Guía de árboles y arbustos de Castilla y León se ha ampliado hasta las 400 páginas con nuevas especies, algunas desconocidas para la ciencia hasta hace escasas fechas, e información sobre los usos alternativos que se pueden dar a determinadas plantas. Algunas especies consideradas poco valiosas como las jaras se asocian a la proliferación de hongos comestibles de gran interés comercial, como los boletus o las trufas, de manera que su plantación “puede dar un valor añadido a suelos pocos productivos”.