2011, declarado Año Internacional de la Química
Bajo el lema «Química: nuestra vida, nuestro futuro», en 2011 se celebra el Año Internacional de la Química, con numerosas actividades en centros de investigación y universidades. La Universidad de Barcelona es una de las instituciones que difundirá la importancia de su conocimiento.
Pere Lluís Cabot Julià (Mataró, 1956), catedrático del Departamento de Química Física, es decano de la Facultad de Química desde el año 2008. Se licenció en Química en 1979 en la Universidad de Barcelona, donde también llevó a cabo el doctorado. Tras iniciar su actividad investigadora en el campo de la electroquímica del aluminio, actualmente trabaja en la caracterización y el desarrollo de catalizadores para pilas de combustible, y en el desarrollo de procesos electroquímicos de oxidación con aplicaciones medioambientales, principalmente para eliminación de contaminantes en medios acuáticos.
Las cafeterías y la Escuela de Hostelería del campus de Leioa utilizan litros y litros de aceite, ya que son muchos los alumnos, investigadores, profesores y trabajadores del PAS que comen allí. Actualmente, un camión se lleva todo el residuo. Sin embargo, unos profesores de Química han probado que en la misma universidad se le podría sacar provecho, ya que han conseguido producir biodiesel a partir de este aceite. Según explica la profesora Eneritz Anakabe, “hemos demostrado que a pequeña escala se puede hacer, que se puede lograr biodiesel de manera sencilla partiendo de este aceite”.
El Premio Nobel de Química 2010 ha recaído en los investigadores de nacionalidad japonesa Akira Suzuki (Mukawa, Japón, 1930) y Ei-ichi Negishi (Changchun, China, 1935), así como en Richard F. Heck (Springfield, EE UU, 1931), autores por separado de tres reacciones químicas que emplean catalizadores de paladio para crear enlaces de carbono-carbono mediante emparejamientos cruzados.
Ada Yonath durante su paso por Passion for Knowledge en San Sebastián.
La química Ainhoa Inza ha estudiado la presencia en el País Vasco de PM10, un tipo material particulado (PM) contaminante formado por partículas inferiores a diez micras de diámetro y que daña la atmósfera, la salud humana, y los ecosistemas. En cuatro años no se ha superado el valor límite anual de 40 µg/m3 de PM10, tal y como estipula la Directiva europea 2008/50/CE.
Un estudio realizado por investigadores españoles confirma que la presencia de contaminantes químicos puede interactuar con el ruido y modificar, para bien o para mal, la manifestación de la “sordera” profesional, cada vez más frecuente en las personas jóvenes. La perdida auditiva por ruido es la enfermedad profesional que con mayor frecuencia se presenta en Europa.
El Grupo de Química de Coordinación y Bioinorgánica de la Universidad de Santiago (USC) estudia desde hace años la intoxicación por metales pesados, en particular el plomo. La toxicidad por este metal, ya de por sí perjudicial para los seres vivos, incrementea su peligro en los niños. El nivel de contaminación se mide por presencia en sangre, considerándose nocivo a partir de diez microgramos por decilitro, en el caso concreto del plomo. Su acumulación provoca una enfermedad denominada plumbose que afecta sobre todo al sistema nervioso central y, en el caso de los niños, impide su desarrollo normal.