Un estudio de la Estación Biológica de Doñana, junto con centros de investigación británicos, ha analizado la dieta de peces como la trucha y el salmón y de aves acuáticas, como el mirlo acuático y la lavandera cascadeña.
La secuenciación del genoma del pez pulmonado de Queensland, el más grande que se ha secuenciado hasta ahora, ha permitido arrojar luz sobre cómo se produjo la conquista del medio terrestre hace 420 millones de años. El análisis confirma, además, que estos peces pulmonados, considerados como fósiles vivientes, son los parientes más cercanos de los tetrápodos, grupo que incluye a anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
Un estudio liderado por el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona demuestra que las olas de calor marinas pueden provocar cambios a escala molecular, que afectan a la respuesta inmune de los peces, su manera de reaccionar ante los estímulos externos y su metabolismo.
Científicos japoneses han descubierto, por primera vez, una especie “extremadamente rara” de cimotoido, un crustáceo que parasita el paladar de los peces, en la boca de un tiburón de aguas profundas del Pacífico y conservado en una colección de museo. Hasta ahora, esta especie de ectoparásito casi desconocida, protagonista del #Cienciaalobestia, solo se había encontrado en el Atlántico, por lo que el hallazgo amplía su rango de distribución a lados opuestos de la Tierra.
Las condiciones climáticas están cambiando a un ritmo sin precedentes, lo que afecta sobre todo a peces, anfibios y reptiles, animales ectotermos que no son capaces de generar su propio calor interno. Con las olas de calor y el incremento de temperaturas, estos organismos experimentan no solo un aumento de la velocidad de crecimiento y estrés térmico, sino también un mayor envejecimiento.
El proyecto CLOCKS, iniciado el pasado 1 de junio, estudiará, por primera vez, el comportamiento circadiano a lo largo de la vida de los peces marinos, desde larvas hasta adultos, y su aplicación para las personas. La información pionera recogida en este trabajo permitirá entender sus ritmos biológicos y sus consecuencias a la hora de responder a presiones antrópicas como la pesca, el cambio climático o la contaminación.
Un equipo internacional de científicos ha constatado que el 58 % de las sardinas y el 60 % de las anchoas de la mitad oeste del mar Mediterráneo ingieren fibras de plástico milimétricas. Estas especies de peces son las más comercializadas y consumidas de esta zona.
Los peces que están expuestos incluso a niveles muy bajos de disruptores endocrinos pueden transmitir ese impacto a sus descendientes. Los experimentos se realizaron con el plateadito salado, que vive en zonas costeras poco profundas, estuarios y aguas interiores de Norteamérica, protagonista de #Cienciaalobestia.
Durante años se pensó que la acidificación de mares y océanos, producto de los altos niveles de dióxido de carbono en el agua, modificaba el comportamiento de los peces de los arrecifes de coral. Ahora, un estudio lo desmiente, pero advierte que su hábitat sigue dañándose, lo que les afecta directamente.
En el lago Mweru, en África central, las hembras de los cíclidos no pueden reconocer a los machos de su propia especie en condiciones de baja visibilidad, por eso se aparean con otros y aceleran la evolución de nuevos linajes. Son las protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.