Investigadores del centro CiQUS, en Santiago de Compostela, han creado catalizadores de oro capaces de funcionar dentro de células vivas. Estas enzimas artificiales inducen reacciones químicas que no existen en la naturaleza.
Nanocilindros de oro, nanopartículas de óxido de hierro y una matriz común de sílice actúan como un 'nanoimán' que atrae células tumorales dentro de los vasos sanguíneos, sin tener que extraer sangre al paciente. Las propiedades magnéticas y ópticas de estas nanoestructuras pueden mejorar la detección fotoacústica de las células tumorales circulantes, según un estudio internacional en el que ha participado la Universidad Complutense de Madrid.
Son conocidos los efectos de la relatividad a escala cosmológica, como en los eclipses planetarios o en las galaxias que actúan como lentes gravitatorias, pero las leyes de la relatividad de Einstein también determinan las distancias a las que las fuerzas entre dos materiales que se van a tocar empiezan a actuar. Investigadores de la Universidad de Alicante lo han demostrado con átomos de oro. Estos efectos son fundamentales para entender cómo se forman los enlaces moleculares.
Investigadores de los institutos ISQCH e ICMA en Zaragoza han presentado las propiedades de los trihalogenuros de oro en fase gas, compuestos especialmente elusivos poco descritos hasta la fecha. El estudio, destacado como hot paper por la revista Chemistry - A European Journal, se enmarca dentro de la nueva química del oro, con múltiples aplicaciones en catálisis, materiales y biomedicina.
Científicos del Centro Nacional de Aceleradores, en Sevilla, han analizado los procesos de fabricación de joyas de oro arqueológicas mediante el estudio de las diferentes técnicas de unión de metales utilizadas en la antigüedad. Como método de investigación se ha utilizado la arqueología experimental, que trata de reproducir los procesos de manufactura originales descritos en las fuentes literarias.
Investigadores de la Universidad de La Rioja han demostrado la eficacia de diminutas partículas de oro, de entre 3 y 5 átomos, como catalizadores en reacciones químicas. También ofrecen las pautas para estabilizarlas sin necesidad de otros agentes externos.
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, CIC biomaGUNE y la Universidad Politécnica de Madrid han demostrado que un sistema de láseres especiales puede hacer que millones de nanopartículas de oro actúen como si fuera una sola. El avance se puede aplicar en biomedicina y fotónica, desde el tratamiento de tumores hasta la producción de energía, gracias a la capacidad de estas partículas para absorber o reflejar una luz determinada en función de su geometría.
Un equipo de científicos, con la colaboración de la Universidad de Granada, ha hallado el primer registro de oro encontrado bajo Sudamérica, en la Patagonia argentina, a 70 kilómetros de profundidad. Según el trabajo, el metal hallado, que tiene el grosor de un cabello, viajó hasta la superficie de la Tierra desde las partes más profundas del planeta debido a erupciones volcánicas.
Las nanopartículas de oro insertadas en microcápsulas de resina podrían aumentar la eficacia de los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia, al actuar in situ desde el interior de los tumores. De esta forma, según el estudio del un equipo internacional con participación de la Universidad de Zaragoza, se lograría reducir los habituales efectos secundarios en los tejidos sanos.
Un equipo internacional de investigadores, liderado por científicos españoles, ha estudiado la respuesta del núcleo exótico de berilio-11 (que solo vive 14 segundos) frente a un campo eléctrico intenso generado por núcleos de oro. Mediante complejos cálculos de mecánica cuántica se ha analizado este sistema de tres cuerpos, constituido por un corazón de berilio-10, el oro y un neutrón que forma un característico halo.