La Oscilación del Atlántico Norte (NAO) es un gran fenómeno atmosférico que afecta a la meteorología de toda Europa que influye en la cantidad y en el momento en que se producen las semillas en los bosques del continente, según un nuevo estudio. Cuando la NAO favorece una primavera seca y cálida, la mayoría de bosques estudiados producen más semillas y sobre todo lo hacen más sincrónicamente.
Investigadores de la Universidad de Córdoba y la Red Española de Aerobiología han analizado los cambios en la intensidad de floración en la península ibérica en los últimos 20 años combinando fenómenos como el cambio climático y la Oscilación del Atlántico Norte, NAO. Sus conclusiones indican que aún cuando las plantas disponen de mayor cantidad de CO2 para realizar su fotosíntesis y aumentar su vigor, la falta de lluvias asociada al cambio climático y a las oscilaciones de la NAO han puesto en serio peligro a la flora, que va descendiendo en cantidad y variedad de especies.
El peor de los escenarios se produce cuando los fenómenos llamados Oscilación del Atlántico Norte y patron del Atlántico Este se hallan en fases contrarias, como sucedió en los primeros años de la pasada década. Durante este periodo, la absorción de CO2 fue inferior a la media. Últimamente estos dos fenómenos climáticos han estado en la misma fase y los ecosistemas han retirado más carbono de la atmósfera. Pero parece que próximamente puede repetirse un episodio negativo.
Un trabajo liderado por investigadores del Instituto Español de Oceanografía ha demostrado que el incremento de fuertes vientos de componente oeste que se produce durante fases positivas del índice climático AO (Oscilación ártica) o de la NAO (Oscilación del Atlántico norte) provoca un aumento de la condición física de los atunes capturados en el estrecho de Gibraltar. Una mejor condición física en los individuos prerreproductores podría beneficiar el reclutamiento de ese año al mejorar la calidad y cantidad de los huevos producidos por estos ejemplares.
La calidad del cava depende de factores técnicos como procesos de fermentación, envejecimiento y embotellado, que suelen mantenerse estables durante años. Investigadores de la Universidad de Málaga han descubierto que las oscilaciones del Atlántico Norte –que repercute en el clima de Europa– influyen también en los atributos de este vino espumoso. Los años en que prevalece el anticiclón de las Azores, la calidad del cava disminuye.