Cuando Charles Darwin visitó las islas Azores en el siglo XIX, observó aves que le eran familiares; pero si hubiera viajado 500 años antes se habría encontrado con una ornitofauna tan peculiar como la de las Galápagos. El reciente hallazgo en este archipiélago y en el de Madeira de cinco especies extintas de rascones, que pierden la capacidad de volar al evolucionar en las islas, confirma su fragilidad ante cambios como los que debieron producirse tras las primeras visitas humanas, hace más de 500 años.
Favosipora purpurea, una de las nuevas especies de briozoos descubierta en la isla de Madeira. / Javier Souto et al.
La isla portuguesa de Madeira es considerada un punto caliente de diversidad de briozoos, organismos coloniales principalmente marinos. Sin embargo, no se había empezado a documentar la fauna de estos pequeños animales hasta hace poco. Ahora, un equipo de científicos españoles y portugueses ha descubierto dos nuevas especies de briozoos y otra que, hasta el momento, solo se había encontrado en aguas de Rio de Janeiro (Brasil).
Investigadores españoles y alemanes han descubierto que el hombre podría haber pisado la isla de Madeira cuatro siglos antes de que los colonos portugueses llegaran en 1419. El estudio se basa en huesos antiguos de ratones domésticos datados en 1036. Los ratones caseros de la isla muestran similitudes en el ADN mitocondrial con las de Escandinavia, pero no con las de Portugal. Por tanto, se piensa que fueron los vikingos los que llevaron estos roedores a Madeira en barcos.