Tras tres intentos fallidos, esta vez las dos etapas de la nave más potente del mundo han regresado de forma controlada a la Tierra: una a las aguas del golfo de México y otra al Índico. El avance allana el camino de Estados Unidos para regresar a la Luna y llegar a Marte.
Con la ayuda de un sistema autónomo de evitación de obstáculos, la nave se ha posado con éxito sobre una zona poco explorada de nuestro satélite. Mediante un taladro y un brazo robótico recogerá material de la superficie lunar para luego ser analizado en la Tierra.
Las rocas primordiales ricas en titanio cerca de la superficie lunar y las anomalías gravitatorias detectadas por la misión GRAIL de la NASA demuestran el vuelco que experimentó nuestro satélite hace más de 4200 millones de años. Así lo revelan el estudio y las simulaciones realizadas por científicos de EE UU y China.
Este 8 de abril, la Luna se interpondrá entre la Tierra y el Sol, ocultando totalmente nuestra estrella durante unos instantes. El espectáculo astronómico se podrá disfrutar en México, Estados Unidos y Canadá, y también a través de internet en canales como los de la agencia espacial estadounidense.
En la región del polo sur de la Luna existen zonas donde nunca luce el Sol y otras donde siempre llegan sus rayos. Para que los vehículos puedan operar en esas condiciones, y con fondos de la Agencia Espacial Europea, investigadores de España y Reino Unido desarrollan sistemas que combinan paneles solares, baterías y generadores termoeléctricos de radioisótopos.
Tras los dos intentos fallidos anteriores, el cohete de la compañía SpaceX de Elon Musk se ha lanzado desde Texas según lo previsto, aunque se perdió la comunicación durante su reentrada en la atmósfera. Estos ensayos de la nave más grande y poderosa del mundo prepararan el terreno para el regreso de la humanidad a la Luna.