Un estudio internacional, liderado por investigadores del CSIC, desvela nuevos datos sobre la base genética para desarrollar esta enfermedad rara que afecta a los vasos sanguíneos, un trastorno que puede provocar ceguera e ictus.
Un equipo del Clínic Barcelona-IDIBAPS ha liderado un gran metaanálisis donde se relacionan las cada vez más altas temperaturas con un incremento de un 5 % en los casos de suicidio, un aumento que podría llegar al 7 % en 2050. Además, el trabajo vincula la exposición a disolventes o contaminantes con la demencia, deterioro cognitivo y algunos trastornos mentales.
Investigadores españoles han empleado herramientas de edición genética, biología molecular y bioinformática para estudiar el genoma de las células tumorales. Esos genes se convierten en diana a la que dirigir los tratamientos.