La luna Io de Júpiter tiene gran actividad volcánica desde hace 4500 millones de años. Así lo revela la proporción de isótopos de azufre y cloro en su atmósfera.
El veterano telescopio espacial está registrando las variaciones meteorológicas y estacionales en estos dos gigantes gaseosos a lo largo de los años. Urano se torna cada vez más pálido y en Júpiter no dejan de moverse sus gigantescos ciclones y anticiclones, además de sus lunas, como la volcánica Io o Ganímedes, a la que pronto pondrá rumbo la misión Juice de la ESA.
Si tienes un telescopio y no te importa trasnochar puedes participar en un proyecto del Instituto de Astrofísica de Canarias para calcular la velocidad de la luz siguiendo los movimientos de Io, uno de los satélites de Júpiter. El proyecto se llama Rømer, en honor al astrónomo danés que en 1676 determinó por primera vez esta constante universal con la misma técnica.
Ilustración en la que se representa la pérdida de calor en Io, provocada por las mareas de Júpiter.