La presencia de arácnidos en cultivos hortícolas de Almería sería la clave para ejercer el control natural de plagas. Así lo confirma un estudio español, cuyos resultados proponen la incorporación de plantas del hábitat natural en el entorno de los invernaderos para albergar enemigos naturales de las plagas, como las arañas.
Para evitar plagas dentro de los invernaderos se instalan mallas antinsectos que en muchos casos empeoran la ventilación en su interior. Investigadores españoles han determinado en un estudio la porosidad, el diámetro y la tensión que deben tener los hilos de las mallas contra insectos para la correcta circulación del aire en los cultivos de invernadero, lo que repercute directamente en su productividad.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han creado dos robots, uno terrestre y otro aéreo, para medir las variables ambientales de los invernaderos y permitir el control constante de las condiciones de los cultivos. Su trabajo conjunto ayudará a mejorar la productividad de este tipo de explotaciones agrícolas.
El aumento de las temperaturas de los últimos años está cambiando la capacidad de los árboles para captar el carbono de la atmósfera, lo que podría aumentar el efecto invernadero en el planeta. Esta es una de las conclusiones que se obtienen del último estudio europeo realizado tras monitorizar el crecimiento de árboles en múltiples localizaciones del hemisferio Norte, especialmente en Europa. El trabajo ha hecho un seguimiento de bosques mediterráneos, templados y boreales y cuenta con la participación de geógrafos de la Universidad de Zaragoza.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid emplean un robot aéreo para construir mapas de las variables ambientales de un invernadero y asegurar que las condiciones para el crecimiento de las plantas son idóneas.
Un nuevo modelo desarrollado por la Universidad de Almería y la Estación Experimental Las Palmerillas propone nuevas formas de manejo y procesado de los residuos vegetales que proceden de este tipo de cultivos bajo plástico y permite, además, el ahorro de un 15% de energía respecto al resto de técnicas industriales empleadas hasta el momento
Investigadores de las Universidades de Almería y Sevilla han comprobado que la instalación de cajas evaporadoras de agua, similares a las que se instalan en las torres de refrigeración de inmuebles, reducen el consumo de agua y energía en invernaderos no herméticos.
Investigadores del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, en colaboración con la Universidad de Wageningen (Países bajos) y la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida - UMB, han calculado las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de la cadena de producción de la carne de cordero en distintos sistemas de explotación característicos de la cuenca mediterránea.
Un módulo fotovoltaico desarrollado por el consorcio ULMA Agrícola, el área de innovación del Grupo ULMA y Tecnalia, permite la generación de electricidad sin que el cultivo se vea afectado por un sombreo excesivo. Los cultivos seleccionados para los primeros ensayos, son el tomate y el pimiento, por ser dos de los más extendidos en el mundo, con necesidades muy elevadas de luz y ser productos con alto valor añadido dentro de la agricultura bajo invernadero.
El uso de productos químicos con gases contaminantes (clorofluorocarbonos) creó, a mediados del siglo XX, el conocido ‘agujero’ de la capa de ozono. Una investigación internacionaldemuestra por primera vez que este fenómeno juega un papel importante en el cambio climático, al menos en el hemisferio sur, y es responsable del incremento de las precipitaciones de los veranos tropicales.