Una investigación liderada por las universidades Complutense de Madrid y de Burgos y el Instituto de Evolución en África ha logrado una clasificación perfecta de los molares de dos especies de ratón muy próximas (casero y moruno) combinando aprendizaje automático con morfometría geométrica.
Conseguir la trazabilidad de todo el sistema de inteligencia artificial, desde el principio hasta el final, es un imperativo para esta catedrática e investigadora de la Universidad de A Coruña, que bregó por llevar la sede de la Agencia Española de Supervisión de IA a la ciudad gallega. Entre las labores de esta organización está, justamente, la supervisión ética de los algoritmos.
En el año que acaba de comenzar se potenciarán los avances en IA, cada vez más adaptada a los cambios del mundo real, así como las posibilidades del metaverso y las superaplicaciones que reúnen gran cantidad de servicios. También veremos nuevas innovaciones en tecnologías médicas y el internet de las cosas.
Ha resultado ganadora por su presencia en los medios de comunicación y por el debate suscitado en torno a su uso en múltiples campos. Se ha puesto por delante de otras 11 candidatas, entre ellas, ucraniano, ecocidio, inflación y criptomoneda.
Entre 37 candidaturas, el Consejo de Ministros ha confirmado hoy que finalmente Sevilla será la que acoja la sede de la Agencia Espacial Española (AEE), mientras que la Agencia de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA) estará en A Coruña. Se abre así el proceso de descentralizacion de nuevos organismos por el que apuesta el Gobierno.
Los programas informáticos que realizan operaciones comparables a las de la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico, a menudo reflejan los errores y prejuicios que introducen sus creadores. Àtia Cortés, investigadora del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación advierte sobre el problema y promueve prácticas éticas y responsables en la IA.
Con técnicas de reconocimiento de voz y aprendizaje automático, investigadores de Madrid y Zaragoza han desarrollado un sistema para identificar la enfermedad de Parkinson mediante el análisis de las risas grabadas a los pacientes.
Hablar de sistemas ‘inteligentes’ que pintan, escriben o hacen música mejor que los humanos no solo es absurdo y profundamente ingenuo, sino también una falta de reconocimiento hacia todas esas personas que diseñan, desarrollan, entrenan, ponen en marcha y mantienen esta tecnología.
El Barcelona Supercomputing Center lidera un proyecto europeo para describir y clasificar obras pictóricas de forma automática. Sus responsables solicitan ahora la ayuda de voluntarios para entrenar y dotar de ‘sentido común’ a los modelos computaciones a la hora de interpretar los cuadros.
Investigadores de la compañía DeepMind, propiedad de Google, y varias universidades europeas han desarrollado Ithaca, una red neuronal profunda que rellena las palabras que faltan en textos de la Antigua Grecia, además de estimar su edad y origen geográfico. La herramienta consigue un 62 % de precisión por si sola, pero en manos de los historiadores este porcentaje se eleva a un 72 %.