Más de 50 científicos de siete países firman uno de los mayores avances en oncología desde hace más de un siglo. Han descubierto que los tumores primarios envían sondas mensajeras capaces de convertir a otros órganos en lugares acogedores para las células cancerosas. Además, estos destacamentos del tumor llevan etiquetas que definen cuál será su próxima víctima. El hallazgo es clave para interceptar el proceso metastásico.