En los últimos días los medios se han hecho eco de una carta en la que más de cien premios Nobel pedían a Greenpeace que cese sus campañas contra los organismos modificados genéticamente. El posicionamiento opuesto a los transgénicos liderado por la organización ecologista no está basado en hechos científicos, pero ha concienciado a gran parte de la sociedad bajo la falsa idea de la conciencia medioambiental y de que su consumo es perjudicial para la salud. Todos los alimentos, los modificados y los que no, tienen genes que nos comemos cada día.
Un total de 110 premios nobel han firmado ya una carta dirigida a Greenpeace, así como a las Naciones Unidas y a los gobiernos de todo el mundo, para que cesen las campañas antitransgénicos. “¿Cuántas personas pobres en el mundo deben morir antes de considerar esto un crimen contra la humanidad?”, dice el escrito.
Entrega de las 90.000 firmas en el espacio de Generacionnes climáticas
El frágil ecosistema del Ártico, muy vulnerable al cambio climático, se enfrenta también a la explotación petrolífera y a la pesca industrial. Coincidiendo con el ecuador de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible Rio+20, la organización ecologista Greenpeace ha presentado hoy la campaña global Salva el Ártico para reivindicar la protección de “la última frontera intacta del planeta”.
Greenpeace ha presentado hoy la cuarta edición de la Guía roja y verde de alimentos transgénicos. El trabajo incluye novedades como la evaluación del seguimiento de la legislación de etiquetado, los resultados de analíticas de productos transgénicos y la evaluación de alimentos catalogados como “dietéticos".
Ayer la propuesta de la Comisión Europea de aprobar para importación y consumo (no para cultivo) una patata transgénica (EH92-527-1) de la multinacional BASF no recibió la aprobación del Consejo de Ministros de Agricultura.