Una investigación del Instituto de Astrofísica de Canarias revela que, en sistemas binarios, las estrellas que evolucionan en gigante roja cambian la forma en que giran con sus compañeras, volviéndose sus trayectorias más circulares. Para realizar el estudio se han analizado unas 1000 estrellas oscilantes de tipo solar y usado datos de la misión Gaia de la ESA.
El extraño "bamboleo" que provoca en una estrella compañera ha permitido a la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea detectar el agujero negro BH3. Con telescopios terrestres como el VLT se ha podido confirmar su masa: unas 33 veces la del Sol.
Astrónomas de EE UU han analizado la órbita de los exoplanetas que se mueven en torno a las enanas M, las estrellas más frecuentes de la Vía Láctea. Dos tercios de estos mundos están abrasados por las llamadas fuerzas de marea, pero el resto podrían retener agua líquida, lo que supone millones de objetivos donde buscar vida fuera del sistema solar.
La misteriosa configuración de la nebulosa NGC 3132 es fruto del gas y polvo expulsado por una estrella moribunda, un material que luego fue arrojado en direcciones concretas por varias estrellas compañeras. Así lo muestra un estudio internacional, portada de Nature Astronomy, realizado con las observaciones del telescopio espacial James Webb.
La misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de presentar sus últimos datos, ofreciendo información nueva y mejorada de casi 2.000 millones de estrellas de la Vía Láctea. Los resultados también permiten describir con mayor precisión insólitos ‘terremotos estelares’, la composición química o ‘ADN’ estelar o los movimientos de estos astros, además del crecimiento con material de galaxias vecinas.
Investigadores del Centro de Astrobiología han trazado el mapa más detallado hasta la fecha de estrellas masivas azules de nuestra vecindad solar y el de los brazos espirales de nuestra galaxia. Al hacerlo han encontrado algo inesperado: una estructura desconocida que conecta el brazo espiral de Orión, donde nos encontramos, con el de Perseo.
La Agencia Espacial Europea ha lanzado la tercera entrega de datos de la misión Gaia, con información sobre más de 1.800 millones de objetos del universo. El movimiento de estrellas hacia el anticentro de nuestra galaxia, situado en la dirección opuesta al centro, ha permitido indagar en el pasado de la Vía Láctea y su roce con la vecina Sagitario.
La fusión de nuestra galaxia con otra más pequeña llamada Gaia-Enceladus comenzó hace entre 11.600 y 13.200 millones de años, según reflejan las oscilaciones de una brillante estrella. Así lo señala un estudio internacional en el que han participado científicos del CSIC y se han usado datos de las misiones TESS de la NASA y Gaia de la Agencia Espacial Europea.
Astrónomos de la Universidad de Harvard han encontrado una colosal estructura gaseosa ondulada, la más grande observada hasta ahora en la Vía Láctea, integrada por sucesivas regiones donde se forman estrellas. Esta gigantesca 'ola' se ha localizado en nuestro vecindario galáctico con la ayuda de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea.
La posición y movimiento de seis millones de estrellas de la Vía Láctea muestran que algo las perturbó hace más de 300 millones de años, seguramente la aproximación de la galaxia enana Sagitario. Investigadoras de la Universidad de Barcelona lideran este descubrimiento realizado con los datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea.