La comunidad científica no se cansa de advertir sobre el peligro de un cambio climático irreversible si no reducimos la emisión de gases de efecto invernadero. Las soluciones pasan por la eficiencia y el uso de energías limpias, pero existe una tercera vía: la captura y almacenamiento de dióxido de carbono. Para investigar las posibilidades de esta tecnología, la Fundación Ciudad de la Energía acaba de poner en marcha un centro de referencia mundial en Cubillos del Sil (León).