Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana Evolución Social (IPHES) y la Universidad Pompeu Fabra han analizado el ADN mitocondrial de fósiles de Homo sapiens de la cueva de El Mirador, en Atapuerca, de hace entre 4.760 y 4.200 años. Los resultados revelan que aquellos individuos tenían afinidades genéticas con los de Oriente Próximo y Alemania.
Los trabajos arqueopaleontológicos en Fuente Nueva 3, en Orce (Granada) están revelando este yacimiento como fundamental, dada la importante colección de restos de fauna que aparece asociada a la presencia humana. En la actual campaña, ya ha proporcionado una defensa de mamut seccionada en diversos fragmentos y 9 individuos de elefantes fósiles, además de otros megaherbívoros. Por lo que se refiere a la defensa troceada, en los próximos meses se investigarán las posibles causas de este suceso acontecido hace 1,3 millones de años.
El estudio de las relaciones anatómicas y evolutivas entre cráneo y cerebro evidencia problemas estructurales asociados al gran tamaño de nuestro encéfalo. La relación entre el cerebro y los huesos de la cara a lo largo de la evolución humana pudo causar defectos como la miopía; y los cambios en las áreas parietales pueden habernos hecho más vulnerables a enfermedades neurodegenerativas.
La revista Quaternary Science Reviews acaba de publicar el hallazgo de un cráneo de toro moderno, Bos primigenius, que se convierte en el fósil de esta especie más antiguo del mundo, con una cronología de unos 700.000 años. Los restos fueron encontrados en 2008 en el yacimiento de Oued Sarrat, en la provincia de El Kef (Túnez).
Un grupo de investigadores propone dos orificios como únicos del genero Homo tras observar su ausencia en 261 columnas cervicales de 38 especies de primates no humanos. El estudio, además de ofrecer pistas sobre la evolución de los homínidos, puede ser de interés para los estudios clínicos y quirúrgicos de la columna cervical.
El complejo de Atapuerca (Burgos) se puede ver como una instalación unida a una fuente de datos única –su registro arqueológico–, con un gran impacto científico internacional y también socioeconómico regional y a escala estatal indiscutible. Esto la ha convertido en una gran infraestructura de investigación científica (LSRI), deviniendo a la vez un caso muy especial dentro de esta catalogación.
Las diferencias entre Homo sapiens y Homo neanderthalensis, sobre todo para intentar esclarecer los motivos que garantizaron el éxito de una especie por encima de la otra, sigue siendo una investigación tan atractiva como interrogantes plantea. En este contexto, el yacimiento de Cova Eirós (Triascatela, Lugo) ha aportado nuevos datos que pueden ayudar a resolver algunas cuestiones, tal como se ha evidenciado durante la campaña de excavación arqueológica desarrollada del 11 al 31 de agosto.
Personal investigador del IPHES ha encontrado en Becerreá (Lugo) un diente infantil, de hace unos 17.000 años, que constituye el fósil humano más antiguo descubierto hasta el momento en Galicia. Se trata de un molar de leche con un grado de desgaste muy avanzado y perteneciente a un individuo de unos 10 años de edad. Es, además, el primer resto humano del Paleolítico encontrado en la comunidad gallega.
El Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, junto con investigadores de Pekín, acaban de publicar en la revista Journal of Human Evolution un trabajo sobre los dientes fósiles de Panxian Dadong, uno de los yacimientos más importantes del Pleistoceno Medio en el continente asiático.
Desde que en 1856 se descubriera el primer neandertal en una cueva próxima a la ciudad alemana de Düsseldorf, sólo tres años antes de que Darwin publicase “El origen de las especies”, estos homínidos ocupan un lugar destacado en el imaginario popular. El profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Antonio Rosas, es uno de los mayores especialistas en neandertales. Si algo se puede destacar de este investigador es su compromiso con la divulgación de la ciencia.