Un estudio realizado por el equipo de Manel Esteller gracias al crowdfunding descubre mutaciones en genes asociados con el desarrollo de Síndrome de Rett atípico y distingue esta entidad clínica de otras alteraciones del neurodesarrollo infantil.
El director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Manel Esteller, ha sido nombrado recientemente editor asociado de The Journal of the National Cancer Institute (JNCI), una de las revistas más citadas de investigación oncológica. Tras Mariano Barbacid, Esteller es el segundo español en ostentar el puesto.
El equipo dirigido por Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, ha puesto al día los hallazgos más recientes en epigenética aplicada en un trabajo de revisión publicado por la revista científica Nature Reviews Genetics. Para el experto, lo más excitante en la actualidad es que están siendo identificados nuevos biomarcadores epigenéticos para predecir los puntos débiles de los tumores.
Un estudio liderado por Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), completa el primer epigenoma de Europa. El hallazgo se publica en el último número de la revista científica internacional Epigenetics.
La aparición de metástasis es la responsable del 90% de muertes en pacientes con cáncer. De manera que entender los mecanismos responsables de este proceso es uno de los objetivos máximos de la investigación del cáncer. El proceso de metástasis consiste en una serie de pasos encadenados donde el tumor primario invade tejidos vecinos y acaba diseminado por todo el organismo. Uno de los primeros tejidos que sufren la metástasis son los ganglios linfáticos que rodean al tumor.
Como las serpientes, las células tumorales mudan la piel. Y es que el cáncer no es una enfermedad estática sino que en su desarrollo va acumulando transformaciones para evadir las defensas naturales de nuestro organismo, adaptarse a las nuevas circunstancias del entorno, protegerse contra la quimioterapia y radioterapia y progresar hacia la invasión de órganos vecinos, causando finalmente metástasis.
Después de tres años de trabajo conjunto, el proyecto europeo CANCERDIP presenta sus resultados finales. El proyecto está financiado por la Unión Europea en el 7º Programa Marco de Investigación y Desarrollo, y coordinado por el director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Manel Esteller. La investigación se ha llevado a cabo en seis centros de cinco países europeos, y ha servido para desarrollar una nueva técnica que ha permitido realizar el mapa epigenómico de más de 1.600 personas.
En un subgrupo de tumores del colon, estómago y útero las células cancerosas secuestran un grupo de moléculas antitumorales dentro de sus núcleos impidiendo que maduren y realicen su función en la célula, según el trabajo del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) que se publica hoy en la prestigiosa revista Cancer Cell.
El equipo de Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ha descubierto una relación entre los síndromes de sobrecrecimiento y la aparición de cáncer. El estudio explica cómo la alteración del gen NSD1, responsable de la enfermedad de sobrecrecimiento denominado síndrome de Sotos, también está implicada en la aparición de los gliomas y los neuroblastomas, tumores del sistema nervioso.
El ritmo biológico día-noche se denomina ciclo circadiano y provoca que determinados órganos y tejidos estén más activos a ciertas horas que a otras. Este ritmo circadiano está regulado por un reloj biológico localizado en el cerebro pero que se extiende a todas las células de nuestro organismo, quizás como un mecanismo de reminiscencia mantenido a lo largo de la evolución desde los tiempos en los que éramos una sola célula. La alteración de estos ciclos de sueño y vigilia está asociada con problemas de salud en los seres humanos. Si nos fijamos en el cáncer, sabemos que sus células no respetan estos ciclos circadianos y están siempre activas, es decir, “despiertas”.