Un estudio liderado por la Universidad Washington en San Luis (Misuri, EE UU) revela que en los casos en los que el tratamiento médico no consigue controlar las crisis epilépticas, la cirugía es una opción segura y efectiva. El seguimiento de pacientes epilépticos durante 26 años reflejó que las crisis epilépticas desaparecieron en un 48% de los casos y la calidad mejoró en el 80%.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epilepsia afecta aproximadamente a 50 millones de personas en todo el mundo y casi un tercio no responde adecuadamente a los fármacos antiepilépticos. La epilepsia refractaria es aquella en la que las crisis persisten a pesar del tratamiento médico adecuado con varios fármacos. En España, el 30% de los 400 mil pacientes con epilepsia son resistentes a fármacos. Un porcentaje variable de esos pacientes (alrededor del 15%) serán candidatos a cirugía resectiva, y en el resto deben emplearse otros procedimientos como la estimulación cerebral profunda.
Un estudio europeo, publicado en la revista Science, revela que la diferencia entre los pacientes en estado vegetativo y los que se encuentran en estado de mínima conciencia radica en las conexiones ‘hacia atrás’ entre las capas neuronales. Estas conexiones, que transmiten los datos sensoriales del córtex frontal al temporal, son interrumpidas en los primeros pacientes y se mantienen en los segundos.
El registro de la actividad eléctrica de las neuronas puede servir para realizar diagnósticos en pacientes epilépticos. Liset Menéndez de la Prida, experta del instituto Cajal, centro madrileño perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha explicado esta línea de investigación en un seminario de investigación que se ha celebrado hoy en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), con sede en Salamanca. Aunque los científicos de estos dos centros trabajan en tipos de epilepsia distintos, algunas herramientas de trabajo son comunes, según ha señalado.
Investigadores del grupo de Neuromedicina Molecular de la Universidad de Sevilla y del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) trabajan en la identificación de genes causantes de convulsiones febriles (CF) y síndromes epilépticos relacionados, es decir, la base genética de estos episodios convulsivos de la infancia que aparecen, generalmente, después del tercer mes de edad y que se caracterizan por estados febriles no causados por una infección del sistema nervioso central.
En la epilepsia localizada o focal, los ataques están generados por una descarga eléctrica neuronal localizada y sincrónica que puede extenderse a porciones grandes del cerebro. A pesar de las intensas investigaciones realizadas, sigue sin respuesta una cuestión fundamental: ¿cuáles son los primeros incidentes celulares que inducen el comienzo de un ataque focal?
Un nuevo estudio realizado en ratones muestra que cuando falta una proteína (codificada por el gen PRG-1) que se encuentra sólo en el cerebro, las señales neuronales “se vuelven locas”, y producen en los animales ataques epilépticos. Los resultados, publicados en el último número de la revista Cell, revelan un importante mecanismo de ajuste para la función cerebral.