Por primera vez, investigadores del Instituto de Bioingeniería de Catalunya han registrado en humanos y de manera simultánea la actividad cerebral de dos áreas clave vinculadas a la memoria: el hipocampo y el neocórtex. El estudio se ha realizado gracias a la participación voluntaria de personas con epilepsia, que, debido a su enfermedad, llevan implantados electrodos intracraneales. Los participantes llevaron a cabo tareas de memoria espacial, haciendo uso de la realidad virtual.
El Hospital del Mar ha sido uno de los primeros centros en utilizar la tecnología láser para tratar la epilepsia y tumores cerebrales de forma mínimamente invasiva, segura y rápida. De momento, se han realizado tres intervenciones con éxito a pacientes con epilepsia. En solo 48 horas, recibieron el alta y se pudieron marchar a casa. El centro intervendrá a 10 pacientes cada año con esta técnica pionera.
Investigadores de diversos centros barceloneses han desarrollado un implante basado en grafeno capaz de detectar actividad eléctrica cerebral a frecuencias extremadamente bajas y sobre grandes superficies. Esta rompedora tecnología podría permitir un conocimiento más profundo del cerebro y facilitar la llegada de una nueva generación de interfaces cerebro-ordenador.
La cisticercosis, una infección causada por las larvas de la tenia del cerdo, es la principal causa de convulsiones y epilepsia en América Latina, Asia y África. En Europa los casos se han vuelto más frecuentes en los últimos años debido a los viajes. Ahora, investigadores del Instituto de Salud Carlos III han evaluado por primera vez el impacto de las hospitalizaciones por esta enfermedad en España.
En 2011 Ana Maiques cofundó Neuroelectrics con el objetivo de tratar el cerebro de manera no invasiva y personalizada. Hoy, su casco de lectura y electroestimulación cerebral se usa para medir la fatiga de los pilotos de la NASA y se está probando con pacientes en EE UU para el tratamiento de la epilepsia. Además, la firma está explorando su uso en enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el alzhéimer.
Un estudio confirma el valor de la resonancia magnética y el electroencefalograma como herramientas para el diagnóstico diferencial de pacientes con epilepsia. Según los expertos, un conocimiento más profundo de la etiología de este síndrome puede facilitar el diagnóstico, el pronóstico y también ser de gran utilidad para guiar la terapia en estos pacientes.
Un estudio ayuda a entender el fenómeno ocurrido en los años 90 por el que cientos de niños japoneses sufrieron ataques epilépticos mientras veían un capítulo de Pokémon. Los resultados, publicados en la revista NeuroImage, explican que las crisis epilépticas se correlacionan con un incremento en la potencia de las ondas delta y theta.
Tan importante es nombrar las cosas como hacerlo de manera precisa; y los científicos ya han dado el aviso: el proceso por el que se bautiza a las enfermedades, basándose en sus síntomas y no en sus mecanismos profundos, amenaza el avance de la medicina. Incluso hay quien afirma que la esquizofrenia no existe como tal. Una fuerte corriente crítica pide que se llame a las enfermedades por lo que son, no por cómo se muestran. De lo contrario, la investigación, la política y los pacientes pagarán las consecuencias. Ilustración: Cinta Arribas
Tan importante es nombrar las cosas como hacerlo bien, y los especialistas ya han dado el aviso: el proceso por el que se bautiza a las enfermedades amenaza a la ciencia médica. Incluso hay quien afirma que lo que llamamos 'esquizofrenia' no existe. Una corriente crítica pide que se llame a las enfermedades por lo que son, no por cómo se muestran. De lo contrario, la investigación y los pacientes pagarán las consecuencias. La prometedora medicina de precisión podría ser la respuesta.
Ingenieros informáticos de la Universidad CEU-UCH de Valencia han diseñado un algoritmo matemático capaz de predecir las crisis epilépticas con veinte minutos de antelación. La alerta, que se podrá recibir a través de un smartphone o un reloj inteligente, permitirá al paciente evitar actividades de riesgo en los momentos previos al ataque y medicarse solo cuando sea necesario.