Además de elefantes, chimpancés, delfines o urracas, algunos peces también parecen reconocerse ante un espejo, según concluyó hace tres años un equipo de científicos que recibió duras críticas por este hallazgo. Ahora, los mismos expertos aportan nuevas evidencias que corroboran la capacidad de autoconciencia de estos animales.
Hasta ahora se pensaba que solo los humanos y ciertos grandes simios tenían la habilidad cognitiva intrínseca de reconocerse en un espejo. Sin embargo, aunque otros monos, como los macacos, no se reconocen espontáneamente, un nuevo experimento demuestra que sí son capaces de aprender con entrenamiento, por lo que más especies de las que se pensaba podrían tener conciencia de sí mismas.
Investigadores del Laboratorio Kastler-Brossel de París (Francia) describen en el último número de Nature cómo obtener una medida cuántica casi ideal, que permite detectar el estado de un átomo con la mínima perturbación posible. El secreto es utilizar una pequeña cavidad óptica con dos espejos enfrentados.
Imagen de microscopio del láser biológico en acción. Foto: Malte Gather
El ser humano entiende de modo inconsciente las palabras reflejadas en el espejo igual que las escritas de forma normal, al menos durante unos instantes. Investigadores del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje así lo demuestran en un estudio que, además, puede ayudar a comprender mejor el fenómeno de la dislexia.
Durante un instante el sistema visual rota las palabras reflejadas en el espejo.
Dice el refrán que “mucho vuela el viento pero más el pensamiento”. Y como todo dicho popular, éste guarda también su gran parte de verdad. Que se lo digan a todas aquellas personas cuyo trabajo depende o está relacionado con las condiciones climáticas. Profesiones tan dispares como la agricultura, la aeronáutica o la astronomía están en manos, en cierta medida, del tiempo atmosférico y, a pesar de sus diferencias, coinciden en tejer todo tipo de estrategias para que el temporal afecte lo menos posible a su labor.