Si el combustible tradicional empieza a dar muestras de agotamiento tener preparado un sustituto es cada vez más necesario. El Grupo de Energías Renovables y Medio Ambiente Atmosférico (ERYMAA), del Departamento de Física de la Universidad de Burgos, trabaja con ese objetivo bajo la dirección de Luis Román Rodríguez Cano, un desafío denominado Hydrosolar 21. El objetivo es la producción de hidrógeno como vector energético con el fin de generar este elemento como combustible a partir de los excedentes de la energía eólica o fotovoltaica que no puedan ser inyectados en la red eléctrica. La parte más novedosa del proyecto ha consistido en diseñar la central alimentada por ambas fuentes renovables.