Algunos parámetros sanguíneos se pueden medir de forma no invasiva con luz infrarroja. Aplicando esa propiedad, investigadores del instituto ICFO han desarrollado un biomarcador de la salud endotelial y microvascular destinado a personas ingresadas en la UCI por el coronavirus. El dispositivo se ha comenzado a probar en el antebrazo de pacientes del Hospital Parc Taulí y otros centros sanitarios de España y América.
Ni panacea ni amenaza para la privacidad: las aplicaciones de seguimiento de interacciones, bien utilizadas, serán un complemento a los rastreadores humanos, según defiende el director del Instituto IMDEA Software. Este profesor de Informática en la UPM explica por qué están tardando en desarrollarse. “Quizá de haberlo hecho antes tendríamos menos rebrotes ahora”, dice.
Son biodegradables, lavables, con una capacidad de filtración 10 veces mayor que los materiales normales, certificadas FFP2 y se pueden usar durante días. Las nuevas mascarillas han sido patentadas por un equipo del Instituto de Agroquímica y Técnica Alimentaria y por la empresa Bioinicia.
En la carrera por la inmunización frente al nuevo coronavirus, encabezada por la Universidad de Oxford y la firma estadounidense Moderna, también participan grupos españoles. Varios de ellos podrían empezar a probar sus candidatos en humanos antes de que acabe el año. Hemos hablado con sus líderes.
Una nueva herramienta, desarrollada por un equipo del CSIC, toma imágenes de los pulmones y usa la inteligencia artificial para simplificar su interpretación. Incluye además un sistema de desinfección que reduce el riesgo de contagio del personal sanitario. La producción del dispositivo correrá a a cargo de la empresa española DASEL.
Un grupo de científicos, con participación del CSIC, revela una reducción del 50 % del ruido sísmico generado por la actividad humana como consecuencia de las medidas de confinamiento. En el estudio, publicado ahora en la revista Science, se recopilan datos de más de 300 estaciones de registro de todo el planeta.
Investigadores españoles han definido hasta cuatro tipos de dolor de cabeza asociados al coronavirus y atribuidos, entre otros, a la tensión emocional o a la presión de mascarillas y pantallas de protección. Aunque la mayoría desaparecen, en algunos pacientes puede desarrollarse cefalea crónica.
Investigadores españoles utilizan el Sincrotrón ALBA para estudiar si los compuestos antitumorales logran frenar el transporte del coronavirus en el interior de las células. Si se confirmara esta acción, podría empezar a utilizarse de forma inmediata en el tratamiento de la COVID-19.
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas participa en un proyecto europeo que está desarrollando un dispositivo de análisis molecular para la detección rápida de SARS-CoV-2 en superficies de procesamiento de alimentos. La técnica dará resultados en una hora y se podrá colocar en las instalaciones de tratamiento de estas industrias.
Fueron llamados ‘héroes sin capa’ durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19. A las patologías físicas de aquellos contagiados por el virus, se une una salud mental deteriorada. Una revisión de artículos, publicada en el Journal of Affective Disorders, analiza su efecto y qué pasaría ante una segunda oleada de la enfermedad.