Jorge M. Lobo es un profesor de investigación del CSIC que conoce muy bien un grupo de coleópteros estrechamente ligados al hombre. Además, es un experto en elaborar modelos para predecir la distribución de las poblaciones animales. Su profundo interés en la conservación le ha llevado a asesorar a los gestores sobre el mejor modo de diseñar los espacios protegidos para conservar la biodiversidad.
Una investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales analiza la estructura genética y la conectividad entre las poblaciones mediterráneas del coral naranja (Astroides calycularis). El estudio concluye que la conectividad genética es muy baja entre colonias que distan más de un kilómetro. Estos resultados pueden ayudar al diseño de Áreas Marinas Protegidas que garanticen la conservación de esta especie, uno de los pocos invertebrados marinos incluidos en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
El conjunto escultórico concebido por Juan de Ávalos para el Valle de los Caídos no es macizo. Las esculturas están recubiertas por placas de calizas negras de Calatorao unidas por morteros con materiales incompatibles, "totalmente inadecuados para su preservación" según revela un estudio liderado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).
Un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid ha aplicado modelos numéricos sencillos para evaluar los efectos de los espacios naturales protegidos en el paisaje y en la socioeconomía local. Los resultados, aplicados a la comarca del Parque Regional de la Cuenca Alta del río Manzanares que ha sufrido una "intensa matarralización", plantean qué es lo "sensato" para conservar la naturaleza con ayuda de estos espacios protegidos.
Un verano más las medusas han sido protagonistas en las playas españolas. Lejos de desaparecer, los factores ambientales parecen favorecer su proliferación, hasta tal punto que estos seres gelatinosos podrían volver a dominar los mares, como lo hicieron hace millones de años. Y eso lo sabe bien José Templado, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), que cuenta con una amplia trayectoria en el campo de la biodiversidad marina.
Un proyecto científico de recuperación de especies ha liberado 5.000 juveniles de corvina (Argyrosomus regius), una especie con alto valor comercial y muy amenazada y en peligro de extinción en las Islas Baleares.
La cordillera del noreste peninsular es adecuada para hospedar hasta cinco veces más ejemplares de oso pardo de los que hay en la actualidad, según los resultados de una investigación internacional con participación española. El estudio ha identificado las áreas prioritarias para los gestores de la conservación.
Los cambios en el clima han obligado a muchas especies a buscar refugio bajo tierra, y se han convertido con el paso de los años en especies subterráneas que ya no podrían sobrevivir en la superficie. Investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) tratar de explicar cómo el cambio climático obliga a ciertos animales a "mudarse".
El censo de la población de tortugas bobas (Caretta caretta) realizado en la isla de Boavista de Cabo Verde ha permitido demostrar el descenso de la mortalidad de esta especie, en peligro de extinción. Los datos, recopilados desde 2007, se han publicado en Animal Conservation.
Describir 10 millones de especies en menos de 50 años es todavía factible. Esta ha sido la conclusión de un estudio internacional, con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), que se ha basado en la solidez de 250 años de progreso científico, en excepcionales colecciones a lo largo del mundo, en reconocidos especialistas, y en la innovación tecnológica para llegar a estos resultados. Pero se necesitan 2.000 taxónomos para cartografiar la biodiversidad del planeta.