Las principales estrategias que se discuten estos días en la Cumbre del Clima de Glasgow, COP26, están dirigidas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Desde el Centro de Investigación e Innovación en Descarbonización Industrial en Reino Unido, su directora, Mercedes Maroto-Valer, propone soluciones tecnológicas e innovadoras para alcanzar la meta global de emisiones cero netas en 2050.
Muchas ciudades podrían calentarse hasta 4 °C para el año 2100 si las emisiones de gases de efecto invernadero se mantienen en niveles elevados. Naciones Unidas ha presentado durante la Cumbre del Clima de Glasgow un manual que incluye decenas de casos de metrópolis que han implementado medidas para promover una refrigeración urbana sostenible y equitativa con el objetivo de reducir las emisiones y aumentar la resiliencia climática de las zonas urbanas.
Expertos mundiales exponen en un documento, que se ha dado a conocer en la COP26, cómo los bucles de retroalimentación entre el océano y el clima están agravando los efectos del cambio climático.
Aunque durante los confinamientos se produjo un descenso en las emisiones globales de dióxido de carbono, en 2021 estas han vuelto a aumentar, según los expertos del Global Carbon Project. En países como China y la India, se han superado incluso los niveles de 2019. Los científicos piden reducir las emisiones cada año en una cantidad comparable a la registrada durante 2020 para poder lograr la neutralidad climática en 2050.
Liderados por la Unión Europea y EE UU, un centenar de países acordaron ayer en la Cumbre del Clima de Glasgow reducir este gas de efecto invernadero para 2030 y así limitar el aumento de las temperaturas en 0,2 ºC para 2050. La medida permitiría evitar 200.000 muertes prematuras, cientos de miles de ingresos hospitalarios de emergencia por asma y la pérdida de 20 millones de toneladas de cosechas al año.
Nos hemos quedado sin tiempo para propuestas ante la crisis climática, se necesita pasar a la acción de forma inmediata. Lo que ocurra en esta Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) marcará el devenir de nuestro futuro. Para Pep Canadell, director del Global Carbon Projet, los compromisos deben fijarse ya para 2030, porque 2050 está demasiado lejos y “la mitad de los políticos que dicen que los van a cumplir estarán muertos”.
Escuchemos a los representantes políticos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26. Elevando apenas un poco más de lo habitual su tono de voz, nos recuerdan los millones de fallecidos en el último año por el cambio climático y las graves amenazas en forma de incendios, sequías, inundaciones, tormentas y huracanes a las que nos enfrentamos.
Mañana comienza la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26), aplazada a este año por la pandemia. Hasta el 12 de noviembre, los representantes de 197 países de Naciones Unidas negociarán al más alto nivel las estrategias para dar respuesta de manera urgente a una crisis climática sin precedentes.
El calentamiento global tendrá un impacto negativo mayor en los ecosistemas marinos que el que se había proyectado en investigaciones anteriores, según un nuevo trabajo realizado con modelos climáticos muy avanzados y precisos. Los expertos urgen a que se tomen medidas eficaces de mitigación y adaptación, ya que tanto la biodiversidad como el futuro de la pesca se encuentran bajo la amenaza creciente del cambio climático.
Los objetivos actuales marcados por los países solo reducen el 7,5 % de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero previstas para 2030, cuando se necesita el 55 % de recorte para limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5 ºC. Con el ritmo actual, el mundo está abocado a sufrir un incremento de 2,7 ºC para finales de siglo.