En este trabajo, con participación del CENIEH, se ha analizado una estalagmita con restos de hollín y pigmentos, lo que confirma la presencia de actividad humana en esta cavidad situada al sureste de Francia.
Hace 46.000 años los neandertales establecieron su hogar en esta cueva de Burgos, en las estaciones más cálidas, durante decenas de generaciones. Un equipo de excavación español acaba de publicar los resultados de una investigación sobre la alimentación de aquellos pobladores, en la que se identifican el tipo de animales que consumieron y las partes que eligieron por su valor nutricional.
Estos hallazgos se han realizado tras el análisis de 76 objetos de materiales orgánicos descubiertos durante las actividades mineras del siglo XIX en la cueva granadina. Este lugar es uno de los enclaves arqueológicos más emblemáticos de la Prehistoria en la Península Ibérica por la singular conservación de materiales orgánicos allí encontrados.
La Universidad de Córdoba participa en un estudio internacional que documenta modificaciones de huesos después de la muerte no vinculadas al consumo para alimentación. Los investigadores sugieren que los restos provenientes de la cueva de los Mármoles, en Córdoba, podrían haber sido tallados para convertirlos en herramientas, aunque también podría haber otros fines simbólicos detrás de estas transformaciones.
Un equipo de la Universidad de Córdoba ha logrado demostrar que los humanos estuvieron en esta gruta malagueña, conocida por su arte paleolítico, 10.000 años antes de lo que se creía. El grado de precisión se ha logrado mediante una técnica denominada ‘arqueología del humo’.
El complejo subterráneo de la Cueva de la Villa conserva uno de los conjuntos de arte postpaleolítico más importantes del arco mediterráneo. El conjunto está formado por más de un centenar de grabados que los expertos asocian al mundo funerario durante el proceso de neolitización.
Un equipo multidisciplinar de científicos, liderados por la Universidad de Valladolid, ha encontrado evidencias de pastores trashumantes en una fecha muy temprana, hace unos 7.300 años, en una cueva de Huesca.
Estos lechos servían como zona de descanso y como espacio para el trabajo cotidiano, al tiempo que permitían repeler insectos gracias al uso de cenizas. El descubrimiento, publicado en Science y que cuenta con colaboración española, supone el uso humano más antiguo registrado de camas de hierba, superando las evidencias anteriores en más de 100.000 años.
Un nuevo estudio del CSIC revela que los utensilios fueron depositados de forma intencionada en la cavidad de Nahal Hemar, actual Israel, y formaron parte de las prácticas rituales de desmembramiento de cuerpos durante el Neolítico Precerámico B, hacia el año 8.000 a.C.
El hallazgo en una cueva búlgara de un molar y cuatro pequeños fragmentos óseos humanos, así como miles de huesos animales y un conjunto de piedras, herramientas y adornos de hueso, ratifican la presencia en Europa del Homo sapiens hace 45.000 años. Estos fósiles son la evidencia más antigua y directa de la llegada de los humanos modernos al continente.